Iron Maiden desata la furia
Los británicos desafiaron la lluvia en un empapado concierto en el Foro Sol, donde retumbó el metal
Bruce Dickinson apareció en el escenario con un sombrero de charro para cantar
A LA MEXICANA. Bruce Dickinson apareció en el escenario con un sombrero de charro para cantar "Moonchild", entre otros éxitos de la banda.
Bajo una cielo nublado y con una lluvia intensa, miles de almas metaleras disfrutaron anoche de lo mejor del género a cargo de una de las Big Four, Iron Maiden y su “Maiden England world tour” en el Foro Sol.
A punto de dar las 21:30 horas, las dos pantallas que se encontraban a los costados del escenario se encendieron para mostrar imágenes de desolados lugares.
Como recreación de su mítico Maiden England, el azul era el color predominante sobre las tablas, cubriendo plataformas y disimulando la gran cantidad de pirotecnia que tenían preparada.
Un telón de fondo para cada canción y sorpresas por doquier para un setlist de infarto, compuesto exclusivamente de clásicos que la banda interpreta como un grupo que lleva 38 años en la carretera se permite.
El viento no cesó, pero cuando aún así las tres guitarras y el ametrallador bajo de Harris eran perfectamente diferenciables, así como la voz de Dickinson.
El público empapado se comenzó a arremolinar y cuando las luces se apagaron se escucharon gritos; de pronto inició “Moonchild” de manera estrepitosa, consiguiendo que los ánimos se encendieran.
Aunque minutos antes de que la banda llegara al templete la ciudad había sucumbido ante un fuerte trombón que hizo que los presentes se mojaran, la naturaleza se compadeció de los metaleros y la furia que esa noche sería descargada.
Bruce, quien llegó usando un sombreo de charro, se presentó ante su público mexicano. Segundos después la agrupación ejecutó “Madness”, “The prisoner” y “2 Minutes to Midnight”, ante el beneplácito de los asistentes, a quienes no les importó estar empapados.
“¡Buenas noches, bienvenidos a Iron Maiden! Esta noche hay mas de 50 mil almas aquí”, dijo Dickinson, ante lo que sus fans respondieron con “ole, ole, ole Maiden, Maiden”.
“Gracias por venir, tendremos una gran velada; éste es nuestro primer show en Latinoamérica”, fueron las palabras del líder del grupo antes de seguir con unos solos de guitarra que lograban la admiración de todos.
Con un escenario que cambiaba cada determinados minutos, Bruce y compañía continuaron con el endemoniado setlist, en el que se escucharon himnos como “Afraid to shoot” y “Trooper”, con el que el grupo demostró por qué es uno de las mejores del mundo.
Fiel a su estilo metalero y al grito de “666”, Iron Maiden entonó “The number of the beast”, que como si fuera un rezo llamó a los miles de seguidores a unirse en su plegaría y cantar al unísono el emblema que resultó enérgico y deslumbrante con el juego de luces, lanzallamas y a “la bestia”, un minotauro de más de tres metros de altura que estuvo al fondo del escenario.
Luego se desató una lluvia de temas conformada por “Phantom of the opera”, “Run to the hills” y “Wasted years”, los cuales comenzaron uno de los mejores momentos, tanto para el público como para la banda, pues cada uno de los integrantes demostró la energía y fuerza que poseen aun cuando sobre pasan los 50 años de edad.
“Seventh son” y “Clairvoyant” se escucharon antes de que “Eddie”, la mascota del grupo, saliera a escena durante “Fear of the dark”, que tuvo una introducción épica y que a su vez anunciaba que la velada estaba por terminar con “Aces high”, “Evil that men do” y “Running free”.
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